Llamamos fuentes a todos los documentos (manuscritos o impresos), libros (manuscritos o impresos), artículos de revistas, imágenes, grabaciones, objetos, obras de arte, recursos, instrumentos o personas que nos proveen información sobre las mujeres y los hombres del pasado, sus vidas, y los acontecimientos que vivieron o protagonizaron.

Así como decimos que una fuente es el lugar donde surge o brota un curso de agua donde empieza un río, asimismo las fuentes históricas (llamadas simplemente “fuentes” por l@s historiador@s) son los materiales de donde salen los datos con los que l@s historiador@s construyen el conocimiento y la visión del pasado de que disponemos como sociedad. Una gran cantidad de fuentes de las que disponemos son escritas, pero también son fuentes los objetos arqueológicos y los testimonios sobre acontecimientos puedan compartir oralmente  personas que han vivido en décadas pasadas.

A los documentos archivísticos o procedentes de archivos se les suele llamar fuentes documentales  o archivísticas, mientras que al conjunto de  los libros y artículos o ensayos que contienen información histórica se les llama  con frecuencia fuentes bibliográficas.  Según esta misma práctica, a las imágenes de cualquier tipo que contienen información sobre el pasado se les puede llamar fuentes gráficas o visuales.