Paleografía para la liberación
Qué es la paleografía
La paleografía es el estudio, desciframiento y lectura de las escrituras o formas de escribir o trazar las letras que se usaban antiguamente en distintas sociedades. Muchos de esos antiguos estilos de escribir o trazar las letras, con el pasar de los siglos, han caído en desuso y han sido olvidados, y para ser leídos y entendidos por personas de hoy requieren que esas personas obtengan un entrenamiento en paleografía.
Por ejemplo, si a una persona que no ha recibido nunca entrenamiento paleográfico sobre los estilos de escritura del mundo de lengua española del siglo de hace quinientos años le ponen delante un documento manuscrito del Santo Domingo de esa época, posiblemente no podrá reconocer ni el 5% de las palabras o letras que lea, porque es una forma de escritura tan distinta a la usada comúnmente hoy en día, que a primera vista parece otro idioma o un sistema de escritura diferente, tan extraño como los jeroglíficos egipcios, por ejemplo.
Una destreza poco frecuente
Como resultado de la situación descrita, la gran mayoría de las personas de los países de hoy en día no saben leer o descifrar las escrituras antiguas de su propio país. La situación es diferente cuando se trata de documentos de los siglos posteriores a la invención de la imprenta, porque la imprenta permitió difundir unos estilos de letras que se han seguido usando desde que se inventaron hasta hoy en día, y eso hace que muchas personas de hoy en día que sepan leer puedan leer y entender documentos impresos de hace quinientos años.
Por eso el entrenamiento en paleografía es absolutamente indispensable para quien se esté formando como historiador@ dedicad@ a las sociedades anteriores a la difusión masiva de la imprenta, como sería el caso de la sociedad dominicana criolla desde sus comienzos a fines del siglo XV hasta mediados del siglo XIX, una larga época durante la cual la inmensa mayoría de los documentos dominicanos producidos fueron manuscritos, no impresos.
De hecho, en el campo de estudios históricos dominicanos hay a la fecha de redactar estos comentarios (diciembre de 2022) una gran carencia de investigador@s e historiador@s con entrenamiento paleográfico sobre las escrituras dominicanas de los siglos XV al XIX, y esa es una de las principales razones por las que, comparados con los estudios históricos de otras naciones de Latinoamérica, los estudios históricos dominicanos sobre esos siglos se encuentran muy estancados, o sea, con muchísimo temas aún por investigar y con un número escaso de publicaciones. Y esa es también una de las razones por las que las pocas obras que se publican sobre esos siglos del pasado dominicano están escritas casi todas por autor@s extranjer@s que sí han obtenido oportunidad de entrenarse en paleografía de las antiguos estilos de escritura hispánicos o del mundo de habla hispana.
Una retranca al acceso colectivo al pasado colonial
Se podría decir que la investigación dominicana sobre los primeros siglos de formación del pueblo dominicano (y que son fundamentalmente los del período colonial) enfrenta hoy una gran crisis de improductividad en medio de la cual solamente un@s poc@s autor@s pueden hacer un aporte significativo. Pero aunque el panorama sea de carencia, al menos sabemos que puede haber una solución relativamente fácil de lograr, que es la de asignar recursos económicos y humanos al entrenamiento en paleografía de un número mucho mayor de personas que el que ha habido hasta ahora. Dos semestres de entrenamiento intensivo posiblemente fueran suficientes para proveer un nivel de destreza paleográfica básica a futur@s investigador@s.
En una nación-estado donde el presupuesto nacional se cuenta en cientos de miles de millones de pesos, la carencia de conocimiento o entrenamiento paleográfico en la profesión historiográfica o histórica dominicana resulta ser un hecho político, porque es el resultado de una ausencia de voluntad de las élites políticas, culturales y económicas de la nación para darle la prioridad necesaria a una asignación de fondos suficientes para ofrecer el entrenamiento paleográfico a cuant@s dominican@s puedan tener el interés en adquirir esa capacidad. El contenido político y social de la situación descrita se hace obvio cuando se observa la casi absoluta inexistencia de una conversación o debate público sobre el tema en la sociedad dominicana.
Prácticamente en ningún ámbito social de la nación, ni siquiera en el espacio intelectual conformado por el conjunto de las numerosas universidades con las que hoy cuenta el país, se discute ni debate sobre la importancia del entrenamiento en paleografía. Y sería interesante saber si en alguno de los discursos y declaraciones públicas de l@s ministr@s de Educación Superior, Cultura o Educación, o en los archivos de las minutas de sus actividades de trabajo cotidianas, ha aparecido alguna vez la palabra paleografía.
Está claro que desconocer el pasado de la sociedad propia, o conocerlo muy poco, impide acceder al legado histórico de esa sociedad de la que se forma parte, a la experiencia histórica de sucesivas generaciones anteriores a la propia, incluyendo sus luchas y sus esfuerzos por construir un orden social más digno. Por lo tanto, se podría decir que la incapacidad para leer los documentos antiguos dominicanos nos impide o bloquea el acceso colectivo al conocimiento de las luchas de l@s dominican@s de ayer que pudieran ser inspiración para las muchas luchas pendientes en nuestros afanes por una sociedad más democrática hoy. Y en una situación así, la paleografía se convierte en algo más que en una herramienta de acceso a conocimiento, para volverse un instrumento de liberación. Y por eso mismo consideramos que la podemos llamar entonces paleografía de/para la liberación.
Uno de los retos más urgentes a la memoria histórica dominicana
Desde la plataforma Más de 500 Años de Historia quisiéramos contribuir a promover un avance en los estudios de paleografía dominicana que multiplique y aumente considerablemente el número de dominican@s que estén adecuadamente entrenad@s para leer y descifrar los cientos de miles de documentos de época colonial que todavía quedan por ser estudiados con el debido rigor y profundidad y que guardan como un secreto cientos de miles de datos todavía desconocidos sobre la sociedad de los antepasados coloniales del pueblo dominicano.